lunes, 28 de junio de 2010
Orígenes de la Silla Barcelona
Sin lugar a dudas, existen algunos muebles que a pesar del paso de los años continúan siendo parte de los elementos elegidos por los diseñadores de interiores, y esto precisamente se debe al excelente diseño de los mismos que logra mantener vigencia más allá de las modas que caracterizan a cada época
Tal es el caso de la famosa silla Barcelona, la cual nació en Alemania en el año 1929 de la mente creativa de Ludwig Mies Van de Rohe, uno de los mayores exponentes en el ámbito de la arquitectura modernista.
Cabe destacar que a sus treinta años, el arquitecto Mies se convirtió en el director de la prestigiosa y reconocida escuela alemana de diseño denominada Bauhaus, y fue durante esa época que comenzó a trabajar en la creación de muebles, comprendiendo que el mobiliario es fundamental para el resultado final de los proyectos de arquitectura, es decir incorporando la decoración a la propia construcción de los edificios que él diseñaba.
Su intensión era lograr la armonía total del diseño, hecho que lo condujo indefectiblemente a comenzar su camino en el ámbito del diseño de mobiliario, en base a sus creaciones arquitectónicas.
La silla Barcelona ha sido una de sus creaciones más trascendentales, que aún después de varias décadas continúa manteniendo una vigencia indiscutible.
Quienes tienen buen gusto, saben que este es un elemento que dota de elegancia ambientes que buscan un estilo de sofisticación y modernidad, a la vez que conservan aspectos clásicos.
Fue en el año de su creación que la silla Barcelona fue elegida como la principal representante de la prestigiosa Feria Mundial de las Artes, dentro del pabellón alemán de la exposición, que había sido diseñado por Mies a raíz del encargo del gobierno alemán.
Dentro del pabellón creado por Mies, el cual se caracterizaba por estar construido en materiales sólidos y elegantes como el vidrio, el acero y cuatro tipos diferentes de mármol, el arquitecto ubicó en un sector su reciente desarrollo: la silla Barcelona.
Durante la feria, el conjunto de dos silla Barcelona, que eran los únicos muebles que contenía el pabellón, fueron por algunos instantes los tronos del Rey y la Reina de España, mientras estos visitaron el edificio alemán.
Tiempo después, durante declaraciones de Mies a la prensa, el arquitecto comentó: “La silla es un objeto muy difícil. Todos los que han intentado hacer una lo saben. Hay infinitas posibilidades y muchos problemas; la silla tiene que ser ligera, fuerte, cómoda. Casi es más fácil construir un rascacielos que una silla. La silla Barcelona tenía que ser una silla importante, una silla muy elegante y costosa. Tenía que ser monumental. No podía usar simplemente una silla para la cocina”.
La feria fue el lugar ideal donde este nuevo mobiliario halló la repercusión que esperaba su creador, y en los siguientes años la silla Barcelona logró convertirse en uno de los elementos de decoración y confort más requeridos en todo el mundo.
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