martes, 4 de mayo de 2010

Un clásico: El sofá Chester



Sin lugar a dudas, los sofás Chesterfield, más conocidos por su nombre popular Chester, han sido desde siempre uno de los mobiliarios por excelencia dentro del estilo clásico, y justamente en ello radica que a pesar de los años no hayan perdido vigencia, y sigan siendo parte de la decoración más tradicional.


Gracias a los materiales con que suele ser construido, sumado a su aspecto realmente elegante, basado en un impecable diseño tradicional inglés, el sillón Chester siempre ha estado asociado a la calidad y el buen gusto.

Es por ello, que en la actualidad, y a casi dos siglo de su creación, el sillón Chesterfield continua siendo uno de los modelos más elegidos por aquellos que desean realzar uno de los ambientes más expuestos de la casa, el salón.



Fue a mediados del siglo XIX, cuando se estima que nació el primer modelo de este sofisticado sofá, que con los años se convertiría en uno de los clásicos más buscados por los amantes de la decoración tradicional.



Se cuenta que Philip Stanhope, cuarto conde de Chesterfield, contrató los servicios exclusivos de uno de los más prestigiosos ebanistas de la época, llamado Adam, para que elaborara un sofá digno de la nobleza.

Para ello, el Conde le entregó al ebanista una serie de pautas a seguir, entre las que le solicitó que el nuevo sofá fuera totalmente adecuado para que los caballeros que se sentaran en él se vieran obligados a hacerlo con la espalda por completo recta.

De esta manera, el Conde lograría que durante las reuniones que ofrecía en su residencia, sus invitados no se sentaran adoptando lo que él denominaba como posturas extrañas, movimientos poco adecuados y formas poco gentiles.
                                  
Así fue que el ebanista llevó adelante uno de los modelos de sofá, que sin saberlo se convertiría en un verdadero clásico a través de los siglos, gracias a su belleza, su estilo elegante y forma de fabricación artesanal.

El diseño del sofá Chester se destaca por presentar una línea realmente sobria, con el respaldo y los apoya brazos de la misma altura y con terminación en forma de voluta, acompañado de patas cortas y torneadas, que incluso en algunos casos cuentan con ruedas para poder transportar el sillón cómodamente. Una de las característica que distinguen al sofá Chester es su tapizado que por lo general es realizado en cuero en colores oscuros como el marrón, el granate, o el verde, y que desde siempre incluye detalles en capitoné, los cuales están presentes en el interior del respaldo y apoyos.

En la actualidad es posible hallar versiones modernizadas de este clásico, en las que se incorporan tapizados en tejidos o terciopelos, y en los cuales el color blanco se ha convertido en el tono más elegido por la gente.

Entre las empresas que fabrican este tipo de sillón, se destacan Natuzzi, con su modelo llamado King, el Rochester de Laura Ashley, y los elaborados por la firma Becara. También es posible adquirir modelos antiguos del sofá Chester mediante tiendas de mobiliario especializadas, como es el caso de la compañía C’hester.Co.

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